Verdades del mundo deportivo y actualidad en Colombia

Por: MBA Jorge Enrique Vanegas - Instituto de Empresa de Madrid

Periodista, consultor, capacitador, conferencista empresarial y universitario en Colombia, Centro América y España.

Es un escándalo normalmente en nuestro polarizado país el fútbol como un generador de situaciones incomprensibles e impresentables. permanentemente,  en Colombia se super ponen los futbolistas a otros grandes exponentes deportivos, con mayores méritos, esfuerzo y entrega como los héroes del ciclismo que solo buena imagen de marca país irrigan por todo Europa y a nivel mundial, desde el epicentro del ciclismo de élite. Allí, ellos y el país son de la élite global. Una marca de país positiva, valorada, respetada, querida y aplaudida.  En el fútbol no podemos decir lo mismo, hay grandes exponentes y grandes caballeros, señores, profesionales, y personas integrales de alto nivel competitivo, como los Radamel Falcao García hoy en Galatasaray de Turquía, Rafael Santos Borré en River Plate  argentino o Juan  Guillermo Cuadrado en Juventus de Italia. nunca una mala imagen., nunca actos de inmadurez, indisciplina, falta de trabajo y de profesionalismo, libres de lo que es habitual como tóxicos por sus conductas, del balompié. Citar al mismísimo muy buen futbolista en la cancha cuando juega, James Rodríguez, pero un joven inmaduro, insolente, con el ego arriba, enceguecido por la enorme fortuna financiera, en eso muy bien asesorado, pero a quien nadie quiere en Europa.  Hoy día ni el Real Madrid le abre puertas teniendo, inclusive, al único entrenador europeo que lo ha tenido en tres clubes: Carlo Ancelotti en el equipo madrilista, en Bayer Munich y en Everton inglés que ya anunció que no lo quieren más. ¿Por qué? la respuesta es una sola, por sus conductas, porque no es responsable, si bien no es hombre de escándalos y lo muy típico de los nuestros, borracheras y hechos repudiables, no entrena bien, no duerme bien, no se cuida en el llamado entrenamiento pasivo y se atreve en la Europa de la puntualidad de llegar tarde a los entrenamientos dejando una muy mala sensación ante técnicos, directivos, compañeros y afición. Es decir, un malcriado. Y hay más, ese buen y habilidoso con un balón pasó por Portugal, Francia, España, Alemania e Inglaterra.  No habla en lo mínimo sino un atropellado español. Su devoción enfermiza por el reggaetón y llevarlos desde Colombia o Puerto Rico a sus frecuentes sesiones de fiestas que lo trasnochan. No es significar que sea un borracho, pero sí que es algo de adicción que le ha frenado una carrera más grande y brillante, que no le permite ser lo grande que podría, aún, entrando al ocaso de su carrera porque le sobran buenas capacidades, talentos calidad técnica, en lo futbolístico abundantes destrezas, pero como persona, que juzgue el lector.

No abundamos en los futbolistas que están judicializados y comprometidos por violencia de género u otro tipo de escándalos como Sebastián Villa, Frank Fabra y Edwin Cardona en el Boca Juniors argentino.  Dañaron la buena percepción de los nuestros en Argentina. Parecen gamines con sus comportamientos indebidos.

Pasamos a la otra grandiosa esquina. Los valientes ciclistas, la inteligencia, el temple, la prudencia, la capacidad intelectual y educación de grandes como Egan Bernal, de 22 años y QUIEN habla italiano, inglés, español y francés. Un joven de familia media, humilde pero muy grande, brota en él la cultura, decencia, discreción, tacto, prudencia y categoría. Estos sí son ganadores no los perdedores del fútbol que no han ganado nada grande en el nombre del país. Grandes como los Rigoberto Urán, único, carismático, con gran sentido del humor y un profesional inmenso además de un extraordinario ciclista.  Agregar a un gigante como Nairo Quintana, su sencillez, simpleza, madurez, valentía, determinación y educación.  Está claro que son quienes si ponen y llevan a lo más alto la bandera del país.

El mensaje es fuera de evidenciar y luego reflexionar del por qué los del fútbol dejan tan malas sensaciones, las que se cumplen con su falta de competitividad, quienes hace rato nada importante han hecho como nuestra selección mayor de fútbol, saturada de bajos rendimientos, irregularidad que son capaces de una gran jornada como de lo peor, es decir indescifrables, pero de unos marcados desbordes y que no dan seguridad ni confianza a una ilusionada afición deportiva. 

Los ciclistas son grandes deportistas y son motivo de orgullo, agregar a la lista a la monumental chica Katherine Ibargüen, la nueva tenista cucuteña María Camila Osorio, el atleta de talla mundial Anthony zambrano en los 400 metros planos, los caballeros, cultísimos y ejemplo de trabajo en equipo -debilidad marcada de los colombianos en todos sus escenarios de vida- Robert Farah y Sebastián Cabal que modelan conductas en el deporte blanco.  Estos sí, todos libres de los grotescos hechos en los que cada rato, son ellos protagónicos los del fútbol y un pésimo ejemplo para la juventud y niñez colombiana en un país tan dividido, convulsionado, visceral y cada día en una más aguda y profundísima crisis en todos los niveles. No Olvidar a otra mujer ejemplar, admirada, amada por Colombia, algo galáctica, la chica de oro, Mariana Pajón en el ciclocross. Que bella representación de país y rostro hermoso de una nación.

Son polos opuestos y como periodista experto de 44 años en los medios masivos, radio, prensa y Tv, evaluamos dejando la pregunta al lector: Por qué el futbolista se comporta así y porque los otros son Tan distintos y destacan por su sensatez, influencia positiva, responsabilidad, competitividad y coherencia. Dejando en claro que hay mucho talento, unas habilidades innatas de los futbolistas, pero de igual manera muchos vacíos en sus formas de pensar, de actuar y generando experiencias negativas como hombres públicos por no saber manejar su modus vivendi.  Por ello los deportistas de tantas otras disciplinas, como los campeones olímpicos de pesas, brillan también con esplendor. 

Hay razones poderosas, de cuna, de sus realidades sociales y núcleos familiares como entornos de procedencia para los pésimos ejemplos del fútbol país. Por ello hoy aprendamos de las prácticas inadecuadas dentro en Colombia y disfrutemos de la otra cara, que está por otras actividades musculares.  En el fútbol se denotan rasgos típicos de la cultura colombiana, conformismo, paternalismo, jerarquismo, falta de cultura y de educación, facilismo, falta de entereza, de sentido de compromiso y hasta la ilegitimidad política y compadrazgo. Eso no cabe en las demás manifestaciones deportivas. Es necesario desde las bases formar en valores, en principios, en la ética, la moral, al conglomerado del deporte más masivo, el fútbol, y un llamado a los dirigentes de primero tener personas valiosas y de bien que sean modelos generadores de valor y multiplicadores. De entender que el individualismo, falta de carácter, de disciplina y de responsabilidad son pésimos mensajes que el fútbol del país y su comunidad practican. Están hace rato por el camino equivocado y así nunca serán competitivos, porque pudiendo serlo no quieren serlo. Uno puede en la vida volar alto y llegar muy lejos, pero si no se quiere, no habrá nada que movilice y mantenga en un estatismo e inercia total a cada quien. El espejo está ahí. Viene del fútbol.