Un gorrión en búsqueda de los Juegos Pirotécnicos

Por: Adriana Cardona López.

En las celebraciones culturales y religiosas; estos explosivos se pavonean y que parece que el espectro electromagnético es de unos cuantos y con la excusa que son recreativos los derechos de la colectividad son desplazados y el ecosistema y animales aún no se pueden defender.

Estados - Nación   que ungen de democráticos no quieren evolucionar y que su insensatez nos hace creer que con sólo exhibir un decálogo de medidas todo está solucionado. Y que para el uso sólo debe estar supervisado por un adulto; sin importarles la aglomeración de viviendas habitadas por niños, ancianos y que decir de los animales aquellos que no se pueden defender.

Pero la tierra hoy se pronuncia con sus juegos pirotécnicos y para satisfacción de la población; aquella que con sus actos de beligerancia y demostrando su psiquis de poder nos enseñan y mientras tanto los grandes importadores y distribuidores alardean con tener como clientes las universidades, alcaldías, iglesias y con la excusa y el beneplácito de que en Colombia el uso de esta clase de detonantes está reglamentado por la ley 670 de 2001.  Aún no queremos cambiar las plumas. Estando en el nido una onda explosiva arruinó el alma y una columna de aire arrasó el lecho y que la liberación de energía se transfirió en el ambiente. Abrió los ojos y los gases calientes y el material particulado era empujado por una columna de aire agresiva que al chocar con el cuerpo ocasionó lesiones mortales.

En el nido había quedado la manifestación de amor que no puede defender; porque el hombre arrasó con su ser; ya que el ascenso de presión causó lesiones penetrantes y que hizo que perdiera la pared abdominal y toráxica. Al caer al suelo un gorrión herido trato de auxiliarlo; pero las vísceras esparcidas por el suelo demostraron el abusivo y arrasador poder del hombre.