Historias por contar

Por: Adriana M. Cardona López.

Dicen los que saben que algunos habitantes de los países les falta mucho nacionalismo para encontrar el equilibrio político sensato y genuino. Y así poder hablar de identidad nacional. El pasado histórico nos ilustra y nos enseña como algunos países resaltan su nacionalismo con orgullo y su influencia política en el mundo son modelo a seguir.

Como un homenaje a la democracia y los resultados de ésta al momento de escoger una inclinación política; encontramos que la Capital de Colombia (Bogotá) alberga personas de diferentes regiones del País y que así no se quiera reconocer su identidad y orgullo por la Capital no son temas que afronte esta sociedad con verdadero nacionalismo; ya que la desigualdad política y la falta de credibilidad por las Instituciones hace que la Sociedad sea regionalista y su voto no tenga verdaderas intenciones.

La política se convierte en motivo y excusa de credo, cultura y raza. Así es casi imposible encontrar una política de identidad que reclama una parte de la Sociedad que está cansada; aquella que extraña el civismo y la lealtad política y que hoy nos gobierna un Estado plagado de individuos con un desarrollo cognitivo, social, emocional y físico que desgasta. Nos convertimos en un País sin personalidad, sin conciencia nacional, sin políticas estatales y regionales respetuosas de las normas. Y que la unidad nacional la convirtieron en una vulgar excusa agazapada en la etnia, la cultura, la religión y en la lengua.

Los partidos políticos convirtieron a Colombia en un potrero de su exclusividad. Su discurso y prácticas políticas están diseñados para desunir. Para reconstruir el estado-nación tendremos que recurrir a los dioses de la mitología griega como “Zeus” para que les enseñe orden y justicia y así recuperar el estado-nación bajo la lógica racional.

Wikipedia: Zeus