Por: Adriana M. Cardona López.
Un homenaje a la campaña del Estado contra el uso de la pólvora.
Dicen los que saben de la interpretación de los pasajes bíblicos de una de las grandes religiones.
El Génesis 1: 25-28 dice: Dios creó a los seres humanos a su imagen y semejanza y les dio el poder de gobernar sobre los animales.
Y dicen los que más saben que tendríamos que entrevistar a un estudioso de la hermenéutica bíblica y que nos explique para no dar una interpretación errada a esta interesante afirmación y no vulnerar las creencias.
Hoy vemos cómo los seres humanos, sin consideración alguna y ejerciendo actos de cobardía, reducen los derechos de los animales a una mínima expresión.
Aquella ardilla suspicaz, inquieta y astuta comprendió que la vida se podía tomar sin mucha seriedad, de árbol en árbol; aquella revoltosa deliberadamente debía abandonar su hogar porque un volador detonante explosivo acabó con su tranquilidad.
Dicen los que más saben que el Estado por medio de sus alcaldías, gobernaciones y corporaciones regionales, nos hace creer que sus campañas de (No a la pólvora) son suficientes y son persuasivas para controlar a los bárbaros que, con sus tradiciones, acaban con la tranquilidad y sosiego de toda la colectividad y los animales.
Una sociedad que arrincona los derechos de quienes no se pueden defender, como son los animales que con su agudeza auditiva supera al hombre, que estos convulsionan, les da taquicardia y en algunos casos ansiedad severa.
En un acto de reflexión y de la mano de un estudioso del derecho de las leyes colombianas nos explique. Si existe la Ley 1774 de 2016 que establece que los animales vertebrados son seres sintientes y deben ser protegidos del dolor y el sufrimiento, especialmente por parte de los humanos, Ley 84 de 1989 que establece los derechos de los animales a una vida libre de sufrimiento y las obligaciones de los humanos para con ellos y Ley 2318 de 2023 que establece que el personal de la Policía Nacional debe proteger a los animales cuando se encuentren en situación de peligro.
¿Por qué no se prohíbe de verdad esta clase de atropellos? Es tiempo de revisar las leyes y darles aplicación e interpretación sana, con altura y bajo los parámetros de la honestidad, revisando los derechos y cuáles deben ser protegidos para salvar el voto.
El Congreso de la República de Colombia, de la mano del Ministerio encargado de esta clase de asuntos, continúa protegiendo a los importadores de los juegos pirotécnicos de detonante explosivo y los premia otorgando en la “Zona Franca” tener las mercancías para que ejerzan sus derechos y ventajas de tipo aduanero y fiscal.
Y así nos pueden inundar de juegos pirotécnicos de detonante explosivo. Y el Congreso aún no crea una ley que prohíba la importación de los juegos pirotécnicos y se acabe con la tortura de la pirotecnia.
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