Una visión diferente de la democracia y la sutileza del voto

Por: Adriana María Cardona López. 

Partiendo de la Historia de los partidos políticos y el tipo de sistema que nos rige hoy vemos como el abuso del poder es latente; amenazados por los partidos políticos, por quien imparte justicia y quien crea las leyes; estos olvidan sin consideración sus funciones, organización, sistema, principios, altura y recato.

Los partidos políticos olvidan por completo el voto de confianza de los electores que a conciencia lo depositaron; puesto que lo único que les importa es la continuidad de su gobierno y que realizando un ejercicio como experimento sería interesante una democracia sin partidos políticos y que esta traería como resultado el avanzar en materia económica y normativa. En un País como Colombia donde la simpatía política y los intereses económicos son el platillo principal; estamos en mora de revisar esta clase de democracia y así no sufriríamos los males de generación tras generación que han convertido está democracia en un populismo arrollador; como si estuviéramos en un potrero sin dueño y que como las mejores fincas evitaríamos que unos pocos ciudadanos obtengan la escritura completa de Colombia. Y que no dejan alternativa y nada para la imaginación y con un diseño institucional bien pensado y diferente encontraríamos la cura ideal para nuestros males; sería revisar este sistema político social analizando la geografía, la cultura, la etnia sin tapujo alguno. Le tememos a otros sistemas de gobierno y estilo; pero para congraciarnos con la banca y las políticas de Estados desiguales no encontramos la diferencia; tendremos que irnos hasta la época de la colonia y cambiar la regla del lenguaje, del criterio, el pensamiento y analizar que nos pasó. Y que aceptaríamos una reforma electoral con lógica y así evitar un supuesto cartel de la toga y un eventual impuesto a las pensiones; liberando el futuro de la economía de las garras de un partido político. Estamos rezagados en el tiempo y no obtendremos políticas de Estados serias y responsables si no cultivamos la cultura de la Honestidad. 

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