Por: Adriana Cardona López.
Colombia necesita una reforma tributaria coherente; aquí el problema es de equidad y eficiencia. El ordenamiento tributario debería elaborarse en el marco de los principios Constitucionales y así no violar la normatividad vigente y derechos fundamentales en materia tributaria. El Estado busca satisfacer las necesidades recurriendo a la alimentación y el patrimonio de los colombianos gravando con IVA algunos productos de la canasta familiar y el patrimonio y así cree encontrar el desarrollo económico para tales fines. El Estado busca ingresos por todos lados y el gasto público no dio espera. El actual gobierno heredó los males del pasado y que es un hecho notorio que no necesita prueba alguna que la administración del recaudo y la distribución de este terminan siendo utilizados para otros fines.
Un País que debería buscar el desarrollo para estar a la altura, pero nos quieren disciplinar en materia de tributación olvidando por completo el contexto y la historia. Aquí lo importante es asegurar los ingresos; así terminen en manos de unos pocos y que el gasto público está en entre dicho; ya que las necesidades públicas como la deuda externa se prolongan en el tiempo. No quieren armonizar la norma con las disposiciones constitucionales en materia tributaria; aquí se infiere que los contribuyentes son los que financiaran los errores y los intereses del fisco.
Raya en el abuso y exceso, pero “el in dubio pro fiscum” sostiene que cualquier duda será a favor del Estado. Interpretan las normas a su amaño y nos quieren limitar la propiedad y el derecho. Nos hacen creer que el ámbito temporal de la aplicación de la norma tributaria se cumplirá (el 4x 1.000 vigente al día de hoy) y que se concluye que el Estado es una carga para los asociados y que termina siendo la mala fe una virtud y no una conducta reprochable; desvirtuando los fines sociales del Estado.
Hoy vemos como el Estado propone una reforma Tributaria donde el pueblo se ve inmerso en una encrucijada hostil, muy hostil y que esto nos invita a reflexionar que necesidades tenga el Ministerio encargado para tales fines para que se empeñen en sugerir una reforma inequitativa donde se reprime y manipula con estrategias tributarias pasando por encima de la Carta Política de Colombia. Tendremos que llamar a Napoleón Bonaparte y apropiarnos de su frase para otros fines “cuando los colombianos despierten”. ya que estas políticas lo que buscan es acabar con la clase media y convertirla; debemos conseguirnos un asesor idóneo para que realice un análisis serio de las actividades financieras de nuestro País. Los recursos públicos y los gastos públicos se mezclan y el sentido social se pierde. ¿Por qué no revisar la nómina del Estado y congelarla? Es entendible que el nivel de desarrollo económico de Colombia no tenga buenos cimientos, pero esta herencia testada y sus ideas tributarias confinan a no avanzar y la naturaleza Jurídica del Tributo pierda la magia.
Por: Adriana María Cardona López.
Abogado - Especialista en Derecho Administrativo - Conciliadora en derecho
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Leonardo (miércoles, 07 abril 2021 10:07)
No es porque sea el sentir de Adriana, es el sentir de toda una sociedad que ve amenaza su subsistencia.
Que bueno que nos manifestáramos todos a una.
Adriana Cardona (miércoles, 07 abril 2021 21:50)
Mil,gracias por tu aporte.
Reinel (miércoles, 07 abril 2021 23:11)
Y lo que se sigue dra ponernos a todos a declarar renta maginese. No ven como quitarle lo poquito que uno gana. Bendiciones dra adri.
Amanda Gil Toro (jueves, 08 abril 2021 09:54)
Te asiste la razón mi apreciada colega, no es falta de cerebro de nuestros dirigentes, es que de antaño se vienen pagando favores a unos cuantos y nosotros los ciudadanos caminando como borregos hacia la destrucción.
adriana Cardona (viernes, 09 abril 2021 15:29)
Mil gracias Reinel por su comentario . Esta Clase de gobiernos así no se quiera deben ser revisados.
Adriana Cardona (viernes, 09 abril 2021 15:31)
Mil gracias por su comentario Dra Amanda . Tenemos que sembrar mucho trigo para suplirles sus necesidades. Estos dirigentes se equivocan con alevosía y Dolo.